Trabajar la autoestima en infantil

¿Qué es la autoestima infantil?

Entendemos la autoestima como el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y valía personal.

La autoestima no se hereda, construimos nuestra autoestima a lo largo de nuestra vida, según nuestras experiencias, nuestro alrededor, la valoración que hacemos de nuestro comportamiento, y de la asimilación e interiorización que hacemos de la opinión que tienen los demás de nosotros.

Las personas con autoestima alta se caracterizan por:

  • Superar problemas o dificultades personales
  • Afianzar su personalidad
  • Favorecer su creatividad
  • Son más independientes
  • Más facilidad a la hora de tener relaciones interpersonales

Es importante construir una buena y sólida autoestima desde bien pequeños ya que esta es de vital importancia para la vida personal,  profesional y social.

“Un niño que tiene aprecio elevado por su persona es un niño sano, que tiene ganas de hacer cosas, de probar nuevas actividades. Es un niño que asume sus propios actos, capaz de cuidar a otros y capaz de cooperar con los demás. En definitiva, es un niño feliz.”

¿Cómo desarrollar una buena autoestima en los más pequeños?

Autoestima infantil

Consejos para el correcto desarrollo de la autoestima infantil:

    • Devolver al niño una imagen positiva y ajustada de sí mismo, para desarrollar una correcta autoestima.
    • Motivarle a que descubra el mundo que le rodea con interés y curiosidad. Crear un clima de descubrimiento agradable y positivo.
    • Reforzar en los logros y no recalcar los fallos.
    • Darle la oportunidad de que se enfrente a los conflictos, que ponga en marcha sus habilidades sociales.
    • Criticar sus actos, nunca su persona. Criticar una acción; por ejemplo, “lo que has hecho en clase esta mal porque…” pero no decirle “eres un desastre” que engloba a toda su persona y no a una acción.
    •  Realizar actividades para trabajar la autoestima en infantil.
    • Asegurar afecto y cariño, independientemente de sus logros y comportamiento. El niño necesita sentirse seguro y querido por sí mismo. Nunca castigar con el afecto.
    • Permitirle la expresión de sus sentimientos. No enseñar a los niños a disfrazar emociones, se puede exigir un control sobre la acción, no sobre la emoción. Cuando hay un ambiente afectivo adecuado, las emociones maduran positivamente.
    • No exigir perfección. Los niños necesitan saber que se les acepta tal y como son, con fallos incluidos. Tal aceptación ayuda a los niños a sentirse seguros de si mismos, lo que resulta el desarrollo de una imagen positiva.
    • Escuchar y responder. Hacer saber a los niños que sus preguntas y opiniones son importantes y tratarlos con respeto.
    • Dar responsabilidades. Los niños maduran cuando se les dan responsabilidades, como tareas diarias, o semanales. Con esto perciben que son útiles y capaces y que los adultos confían en ellos para cumplir con ciertas tareas.
    • Fomentar habilidades. Reforzar actividades en las que sobresalgan, esto es muy útil para aumentar la autoestima.
  • “Descubra a su hijo haciendo algo bien y alábelo”

    • Evitar actitudes de culpa. No sirve de nada inculpar a alguien por algo, lo hecho, hecho está. Es suficiente con mostrarle lo que ha hecho mal y animarle a no equivocarse de nuevo.
    • No corregir delante de otras personas.
    • No exigir cosas que no son capaces de hacer.
    • Asesorarle cuando se enfrente a obstáculos. Asesorar verbalmente, a la hora de actuar es el niño quien debe hacerlo, así evitamos actitudes de sobreprotección.
    • Promover hábitos de autonomía y responsabilidad, como por ejemplo, ordenar su ropa, hacerse la cama, hacer sus deberes, colocar la ropa sucia donde toque.