Cualquier tipo de experiencia dolorosa  marca en la vida, algunos de nosotros hemos pasado por ellas, la vida que rutinaria sigue  su monotonía un día cambia, y todo nuestro mundo aparentemente controlado se desmorona a nuestro alrededor.

Tan solo tenía nueve años cuando mi hermana de tan solo once meses se puso enferma, por un simple virus que mutó a una fuerte deshidratación unido a un inexperto médico que acababa de llegar al pueblo, ella acabó en el hospital y después de once días en coma le dijeron a mi madre que no podían hacer nada por ella.

La trajeron a casa para morir, pero se salvó, y pasamos 18 años cuidándola, según algunos informes médicos ella tenía el síndrome de Rett, ella no podía moverse , ni hablar , ni comer por ella misma , todo se lo teníamos que hacer nosotros , sobre todo mi madre y yo.

Yo tenía 9 años y de la noche a la mañana tuve que convertirme en la adulta que no era y cuidar de mi hermano de 8 años y de mi hermana de 2 años, una niña cuidando de niños.

Al principio  estaba tan grave que varias veces prepararon su funeral, a veces todavía sueño que no se ha muerto y vuelvo a revivir de nuevo esos confusos días en los que no podía entender nada, pasé mucho miedo, y rezaba todos los días para que se curase, creía en los milagros, supongo que era una manera de soportar el dolor .

Este relato real como la vida misma lo comparto con vosotras, las mujeres que estáis sufriendo sobre todo el terrible y temible cáncer de mamá  o cualquier tipo de cáncer  y por los familiares que estáis a su lado y no sabéis como podéis ayudarlas.

No pretendo con esto, victimizarme, ni llamar la atención con mi relato, lo que si pretendo es que sepáis que comprendo vuestro dolor y el de vuestros familiares.

Esto es solo una etapa más de tu vida

Cuando una enfermedad entra en la casa de cualquier familia, toda la estructura familiar sufre una desestructuración, en mí caso concreto, los hermanos hicimos una piña y aprendimos a ayudarnos cada uno haciendo lo que podía o sabía.

Por otro lado aprendimos a valorar las pequeñas cosas de la vida , ya que al ver a mi hermana invalida , nos dimos cuenta que nosotros podíamos caminar , hablar , hacer cosas y pensar, todas aquellas  cosas que ella no podía hacer  por ella misma.

Aprendimos a ser humanos y humildes y todos los días, dábamos las gracias de que estuviese con nosotros compartiendo nuestras vidas.

Y es por eso y por las personas que aquí tratamos aquejadas de cáncer u otras enfermedades que es muy difícil llevar esta situación, ya que por más que queramos no nos podemos meter en su piel, pero sí que podemos acompañarlas y podemos comprender su dolor, ya que vuestro dolor, es nuestro dolor.

No hay nada más agradecido que estar junto a una persona que está sufriendo , quizás una de las cosas más importantes que tenemos que hacer es escuchar , mejor dicho saber escuchar , en silencio , sin interrumpir lo que nos están contando.

Muchas veces, incluso los psicólogos no sabemos qué decir, ya que cualquier comentario puede ser  mal interpretado  por la sensibilidad en la que se encuentra el otro.

En esos duros momentos es mejor asentir en silencio y dejar que siga el proceso de manera natural, sin forzar nada, que hable solo de lo que quiera hablar, también hay que darse cuenta que habla el dolor, o la rabia, o el resentimiento y que son emociones que son normales que las exprese y que es bueno que las exprese, esto forma parte de su catarsis.

Cuando una persona pasa por el cáncer, pasa por diferentes etapas o fases, todas ellas desconcertantes y dolorosas ya que sienten mucha angustia, los miedos las atenazan, y al estar tan bajo su sistema de defensa sufren depresión.

Por otro lado hay que ayudarlas cuando si se tienen que someter a sesiones de radioterapia o quimioterapia a que intenten  recuperar su autoestima que algunas de ellas sufren con la pérdida del cabello.

Si han sufrido una mastectomía, ayudarlas aceptar la pérdida de su seno, realizar con ellas un duelo, ya que ha perdido una parte de su cuerpo que representa su feminidad y si para ella es importante, animarla a que se someta a una intervención quirúrgica para su reconstrucción.

Por otro lado tratar a los otros miembros de la familia para que la estructura familiar muchas veces sostenida por la madre, no se desmorone y sus miembros puedan realizar funciones o labores que no estaban habituados, en los hijos les ayudan a madurar.

Como bien he relatado al principio , no es fácil , pero desde luego a mí personalmente me sirvió para ayudar a las personas que están pasando y pasan por experiencias similares .

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